Por Mauricio Álvarez Mora
La comunidad de Guacimal de Puntarenas continúa a la espera de la resolución del Recurso de Amparo con expediente 13-015334-0007-CO, interpuesto en diciembre del 2013 por parte de Esteban Salas Aguilar, presidente de la Asociación de Desarrollo de Guacimal. La medida fue tomada en representación de la voluntad comunal de luchar contra el proyecto de riego Guacimal-Sardinal, que está siendo indagado por la Sala Constitucional, pues se le señalan graves vicios en el proceso de aprobación, que implicarían desde la violación del derecho de los pobladores locales a recibir información adecuada y veraz, hasta la amenaza al derecho a un ambiente sano de la comunidad, por captarse aproximadamente el 80% del agua del río Veracruz con las concesiones ya aprobadas por el MINAE sobre este río, con múltiples afectaciones ecológicas y sociales.
Según se afirma en el Recurso de Amparo, los ríos de la zona son corredores para la nutria, una especie amenazada, así como para el pez conocido como machín (Agonostomus montícola), de complejos hábitos migratorios. Sin embargo, la Secretaría Técnica Ambiental (SETENA) aprobó la viabilidad ambiental de este proyecto ignorando los posibles efectos ecológicos en el río, que como hábitat de especies importantes, debió haberse contemplado para garantizar el cumplimiento de los compromisos del país en materia ambiental según el Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Las personas mayores de la comunidad, como doña Emilce Loría, afirman que es una injusticia explotar el río de la forma que lo plantea el proyecto de riego Guacimal-Sardinal, pues el río ha perdido más de la mitad del agua que tenía años atrás y no se sabe lo que le espera en el futuro.
Verónica Sheehan, expresidenta de la ASADA local, ha argumentado que el río Veracruz representa un gran potencial para abastecer el consumo humano en el corto y mediano plazo, pues hay comunidades en la zona baja como La Pita y el mismo Sardinal que han visto racionarse su suministro por falta de agua en las nacientes, que se están secando, y que por la pureza y altitud a la que se encuentra el río Veracruz debería más bien protegerse con este fin, para garantizar el derecho humano al agua en un futuro incierto para esta zona. “Sería ilógico entubar un agua de esa calidad para regar pastos ganaderos u otros cultivos para el mercado cuando hay comunidades que requieren un servicio de agua de calidad y en cantidad suficiente para satisfacer sus necesidades y evitar problemas de salud pública que pueden derivar de la falta de agua”, expresó.
Una preocupación que se despierta, es que el proyecto de riego en mención tenga como fin expandir las piñeras que operan desde el 2008 en la zona, hacia las grandes haciendas beneficiadas con el proyecto en Sardinal y Coyolar de Puntarenas, pues “ni el SENARA ni los desarrolladores le dijeron la verdad a la comunidad al plantear el proyecto, y ahora en los expedientes SENARA ha afirmado que aprobaría cambios en el uso de la concesión para que los beneficiarios: grandes sociedades ganaderas, PIPASA (subsidiaria de Cargill), el Banco Improsa y otros, puedan implementar en sus terrenos cultivos más rentables en el mercado, y la piña es por mucho un cultivo rentable en mercado si le aplica riego, según lo afirma Dany Villalobos, vecino de la comunidad.
Villalobos considera que el caso que vive la comunidad de Guacimal es un ejemplo vivo y que debería ampliar la alerta sobre las deficiencias en los controles en la gestión institucional del recurso hídrico reconocidos en el reciente informe No. DFOE-AE-IF-03-2014 de la Contraloría General de la República, pues en el caso de la concesión de agua para el proyecto de riego Guacimal-Sardinal hubo desde vicios de información hasta ausencia de estudios científicos que justificaran la aprobación de dicha concesión, que entregaría en total 14 millones de litros diarios de agua a sociedades de usuarios que tiene carácter privado.
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