Por Mauricio Álvarez Mora.
Uno de los casos más preocupantes presentados por casos de contaminación de agua se dio en comunidades como Cario, Francia, Luisiana y Milano de Siquirres, esta última comunidad recibe una cantidad reducida de agua potable semanalmente por aporte de la institución nacional de Acueductos y Alcantarillados en una cisterna, en espera que se termine un acueducto. Todo es costeado con fondos públicos y sin ninguna responsabilidad de las empresas responsables de intoxicar el agua.
No son los únicos costos pues mediante la metodología de Análisis de Escenarios Objetivo (TSA por sus siglas en ingles), el Programa de Naciones Unidas para Pequeñas Donaciones (PNUD) en 2016 estimó los costos generados por los impactos sociales y ambientales de la actividad piñera en el país. Este documento es necesario complementarlo con otra investigación reciente generada por el mismo PNUD titulada: "Monitoreo de Cambio de Uso de Suelo del Paisajes Productivo" (MOCUP) donde demuestra mediante Sistemas de Información Geográfica que la pérdida de bosque por deforestación ilegal por parte de la industria piñera acede a 5.568 hectáreas.
Según el TSA los costos asociados a la actividad que no pagan las empresas piñeras (externalidades) contemplan cuatro aspectos: perdida de cobertura forestal, perdida de bosque y biodiversidad, pérdida de calidad de agua y erosión se suelos.
Externalidades anuales: La pérdida de cobertura forestal se estima en 10 millones de euros por año. La pérdida de bosque y biodiversidad suma un total de 12 millones de euros por perdida de biodiversidad. La pérdida de calidad de agua se ha registrado para este aspecto de 8 millones de euros al año. Mientras la erosión de suelo llega a 1 millón de euros por año.
Además de estas afectaciones ambientales, la mala gestión de los desechos de la piña ha afectado y sigue afectando a pequeñas familias ganaderas que tienen sus fincas en las cercanías ya que se genera una mosca que ataca fuertemente al ganado, disminuyendo su producción de leche, generando debilidad y hasta muerte.
Faltan datos aún para cuantificar el impacto sobre salud humana y animal, la explotación laboral y el desplazamiento de la economía campesina y la soberanía alimentaria.
Organizaciones campesinas, ecologistas y de la economía social solidaria se han manifestado las últimas semanas para solicitar una moratoria ante la expansión piñera y controles eficientes del impacto ambiental y social de las piñeras existentes, como una forma casi desesperada ante los impactos que se están viviendo en las comunidades y ante la creciente demanda de piña de Costa Rica en los mercados internacionales.
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