Por Mauricio Álvarez Mora.
Las fiestas de Navidad coinciden con el mayor pico de consumo económico. Para el ambiente, lo que empieza con un viernes negro, termina con el mes más gris del año: aumenta el consumo desmesurado de electricidad y agua, aumenta la violencia intrafamiliar, los excesos de consumo terminan pasando factura en nuestra salud y en nuestra economía, etc. Este año, sin embargo, la Navidad te trae muchas oportunidades:
La belleza del amor se refleja en cada persona, no en la cantidad de luces con las que se adornan las casas, el tamaño de los regalos o en sus envolturas. El derroche de electricidad afecta el consumo de agua de los embalses que generan electricidad, embalses que con costos se llenaron este año. Como consecuencia, el ICE enciende las plantas térmicas, encareciendo el precio de la luz y el precio del bombeo de agua del AyA. Por todo ello, tome en cuenta que cada vez que prende las luces del reno y del árbol, las reservas de agua se agotan. Recuerde que el consumo eléctrico tiene un costo en sus facturas y en el ambiente. Juntos/as podemos evitar el desperdicio eléctrico que normalmente en el sector doméstico ronda en promedio del 30%.
Si está pensando en hacer regalos priorice su creatividad frente a los productos de consumo masivo. La mayoría de productos Chinos o “maquilados” de bajo coste esconde historias de explotación laboral en maquilas que esclavizan a niños y niñas. Evite productos plásticos en forma de muñecas o carritos que a las pocas semanas terminan como desechos. En su lista de regalos, priorice obsequios que pueda hacer su propia creatividad y con un costo bajo. Una planta o un árbol son regalos muy hermosos. Evite regalar productos plásticos derivados del petróleo y ahorre la huella ecológica que estos generan.
Si está decidido a comprar regalos, procure regalar productos locales en ferias navideñas donde los/as artesanos/as venden directamente sin intermediarios. Elija apoyar la producción nacional, ecológica o de comercio justo.
Los primeros días de enero miles de árboles son desechados, quemados o botados. Si está pensando en comprar un árbol de Navidad, piense en uno vivo en una maceta que pueda ser sembrado al finalizar las fiestas.
Una mata de café o una simple rama seca se convierten en hermosas esculturas navideñas con un poco de creatividad. Los adornos se pueden hacer reutilizando materiales como el cartón o el plástico. Convierta la decoración del árbol en un taller de reciclaje con sus hijos/as.
Evite los excesos de comida y bebida consumiendo responsablemente. Los tamales, la cerveza, el café y los dulces terminan en nuestro abdomen. Disfrutar de la comida con moderación. Elija productos naturales. Priorice las frutas y verduras frente a las grasas y frituras. Mantenga el equilibrio. Evite confundir la abundancia y la alegría con el derroche y la ostentación. Procura que tu alimento sea tu medicina y disfrutarás del verano sin dietas ni flotadores abdominales.
Regale justicia social. Un año entero de individualismo y competencia no se curan con gestos efímeros ni aires de grandeza bondadosa. Cultive la solidaridad durante todo el año. La desigualdad en nuestro país está creando guetos, segregación y exclusión social. No regale migajas ni aquello que no le sirve. Regale justicia social para entre todas/os, construir un nuevo modelo económico con valores como la solidaridad, la responsabilidad social y el bienestar común.
Valore la biodiversidad. Costa Rica es lugar de monos, jaguares y dantas. Los pochotes, el carao o los guanacastes son nuestros árboles. Dele el lugar que se merecen y evite las modas consumistas. Los renos, la nieve y los cipreses no son del trópico. En lugar de cortar cipreses, mejor siembre árboles autóctonos y disfrútelos todo el año.
Regale lo que no utiliza y lo que no necesita. No vinimos a la vida para acumular cosas ni objetos materiales. Recuerde que la alegría pertenece a los que dan y que manos que dan siempre están llenas.
Disfrute de consumir con responsabilidad, su compromiso le ahorra al planeta recursos que no tiene. Consuma amistad, familia, amor y solidaridad. Aproveche las vacaciones para hacer algo por este planeta y por la mayoría de sus habitantes que llegarán a la Navidad sin regalos, comida ni justicia.
Abrace la vida y regale ecologismo. En esta Navidad acuérdese de lo importante: en su hogar y en su comunidad, regale un ambiente sin violencia contra las mujeres ni las personas adultas mayores. Cultive el amor y la justicia social. Trabaje por su comunidad y por el bien común.
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