El Proyecto de Abastecimiento de Agua para la Cuenca Media del río Tempisque y Comunidades Costeras, conocido como PAACUME, es una iniciativa que se arrastra desde hace casi cinco décadas. Fue propuesto por primera vez en 1978 bajo el nombre de Plan Maestro del Proyecto de Riego de la Cuenca Baja del Tempisque y, pese a los cambios de nombre y narrativa, mantiene intacta su lógica original.
Actualmente, el proyecto contempla la construcción de una presa y un embalse sobre el río Piedras, en el cantón de Bagaces; un canal principal para riego agropecuario; y una red de distribución en la margen derecha del río Tempisque que incluye una planta potabilizadora. Durante el actual gobierno, PAACUME fue utilizado como herramienta política: primero se le condenó públicamente, luego se le hicieron ajustes superficiales y finalmente se relanzó bajo el nombre “Agua para la Bajura”, como si se tratara de una propuesta nueva. Sin embargo, en esencia, se trata del mismo megaproyecto.
Uno de los aspectos más alarmantes del proyecto es que implica la inundación de más de 100 hectáreas del Refugio Nacional de Vida Silvestre Lomas de Barbudal, un sitio declarado Ramsar por su altísimo valor ecológico. Este refugio alberga al menos siete tipos de hábitats, entre ellos bosque tropical seco, sabanas y bosques ribereños. En Lomas de Barbudal se han registrado más de 240 especies de árboles, decenas de especies de mamíferos, reptiles y peces, así como más de 280 especies de aves, muchas de ellas migratorias. La destrucción de este ecosistema sería una pérdida irreparable y contradice cualquier discurso oficial sobre adaptación al cambio climático y protección de la biodiversidad.
Lejos de resolver la crisis hídrica que enfrenta Guanacaste, PAACUME reproduce un modelo ineficiente y profundamente desigual. Mientras proliferan los pozos ilegales, se otorgan sobreconcesiones a la agroindustria y la sequía golpea a las comunidades y al ambiente, este proyecto continúa priorizando el riego para monocultivos, aunque se intente justificar bajo el argumento del abastecimiento para consumo humano. Además, retoma un diseño viejo y obsoleto que ya fue cuestionado en el pasado por su inviabilidad, basado en la idea, hoy superada, de que el agua que llega al mar se “pierde”, ignorando su papel en los ciclos ecológicos, la recarga de acuíferos y la salud de los ecosistemas costeros.
Otro de los riesgos del megaproyecto es que centraliza la gestión del agua y debilita la autonomía de las comunidades, muchas de las cuales se abastecen mediante sistemas comunales administrados por ASADAS. Con PAACUME, estas comunidades podrían perder el control sobre un bien que históricamente han gestionado de forma más solidaria y eficiente. A esto se suma un cambio reciente impulsado por la administración Chaves para relanzar el proyecto, que incorporó formalmente el abastecimiento humano al proyecto mediante la participación del AyA. Esto abre la posibilidad de que, finalmente, las personas usuarias del servicio de agua potable terminemos pagando el megaproyecto a través de las tarifas, mientras los principales beneficiarios continúan siendo los grandes consumidores de agua.
Conviene recordar que el riego agrícola es el principal consumidor de agua en el país y también uno de los más ineficientes. En muchos casos se utilizan canales de tierra y sistemas de inundación que podrían ser reemplazados por tecnologías modernas, como el riego por goteo, capaces de ahorrar hasta un 80 % del agua utilizada. Estas alternativas resultarían más baratas, rápidas y justas para la población, sin necesidad de sacrificar ecosistemas estratégicos ni comprometer bienes públicos a largo plazo.
Proyectos como PAACUME no solo no resuelven los problemas estructurales del agua en Guanacaste, sino que generan nuevos conflictos socioambientales, debilitan la gestión comunitaria y refuerzan un modelo extractivista que beneficia a unos pocos. Se trata de un megaproyecto que profundiza un esquema de injusticia hídrica y económica, basado en el megaturismo y la agroindustria, dos actividades que sobreconsumen el agua y ponen en riesgo los derechos de las comunidades y de las futuras generaciones.

No hay comentarios:
Publicar un comentario