martes, 12 de abril de 2016

¡Guacimal bebió de su río conciencia y valentía!

Por Mauricio Álvarez Mora.

Al pueblo de Guacimal que me enseñó a leer y beber del agua de sus ríos, a su "Quijote" soñador, medidor y defensor de ríos, que me puso a bailar y luchar al son de marimba y a una pequeña gran mexicana que parece amar más Costa Rica que muchos nacidos en este terruño. 

Dicen que sus ríos nacen en los montes verdes con agua bendita de vida, yo creo que el agua que corre por Guacimal viene cargada de valentía y sabiduría.

No importa la manera en que estos dos ingredientes se ingieran, ya sea respirados o bebidos a la orilla del río o en forma de ricos chapuzones, o como lluvia que refresca la piel y hace crecer los frutos que alimentan a la misma comunidad, depiertan a su vez conciencia y dignidad. 

La comunidad de Guacimal reconoce su simbiosis con los ríos, por eso ha sentenciado, con una nobleza y un sentido de justicia encomiable, que está dispuesta a compartir su agua con otras comunidades sedientas de estos valores, pero no para el desperdicio y abuso en la distribución del agua. 

Está anuente a compartir los beneficios de su agua “milagrosa”, pues ha sido buena guardiana y gracias a su relación con el río ha podido usarlo y cuidarlo para que hoy exista sano, en contraste con la cruda realidad de muchas comunidades aledañas en crisis por falta de fuentes de agua. 

En 2015 Guacimal nos dio una lección de solidaridad: logró una “agua- determinación” talvez inédita en su historia, defendió el agua para su futuro compartiéndola en el presente con comunidades vecinas, tal es el caso de La Pita de Chomes con la que realizó una gestión conjunta que permitió que esta comunidad vecina que pasaba meses sin agua, pudiera tener acceso conectándose a su acueducto. Es decir, están haciendo cumplir la ley que prioriza el agua para el consumo humano.

Y en 2016 nos dio una lección de fe, astucia y perseverancia al lograr la paralización del proyecto de riego que ya había empezado su construcción y que amenazaba la existencia del Río Veracruz, por medio de un fallo de la Sala IV. 

¡Con su valentía y conciencia ganó esta batalla! El festejo no se hizo esperar, la comunidad se organizó pero esta vez para celebrar, y el corazón de Guacimal latió como marimba y su alma valiente bailó, el río tuvo cosquillas por el regocijo de sus peces que lo cruzaron juguetones de arriba abajo, la nutria del río seguramente aplaudió y el "martín pescador" llevó la noticia de árbol en árbol avisando que la maquinaria destructura paró, ¡qué no secan el río! cantó; camarones, tortugas, ranas, raíces y hojas también celebraron sabiendo que no solo están recuperando el río si no a esa otra especie, la nuestra, que hace siglos perdió su conexión con el resto.

Participación. El problema central de este conflicto no es que la comunidad de Guacimal no quiera compartir el agua sino es cómo, con qué criterios y quiénes deciden la administración de un bien común cada vez más escaso, sabiendo que ni se usa ni se distribuye con justicia en Costa Rica, que faltan estudios para su debido manejo, así como participación de las comunidades en las decisiones. 

No hace falta mucho tiempo en Guacimal para reconocer que su gente siente la necesidad de defender y amar el río, más allá de ser su eje de subsistencia y cualquier cálculo económico, sino porque su identidad nace, crece y se mueve con sus ríos, no hace falta ser anfibio o árbol de ribera para ser especie de río. Hace décadas no veía un pueblo con tanta dignidad y decisión, tiene la magia del mismo movimiento del agua: contínuo y cambiante. 

Guacimal con su gente de agua tiene una inteligencia y sabiduría que urge ser conocida y aprendida por todas y todos. Es un laboratorio abierto para la defensa del bien común, del sentido de la solidaridad y de pertenencia, no a un pueblo, sino al planeta. 

Reencontraron su sentido de comunidad y caminan de manera colectiva hacia una nueva cultura de gestión comunitaria agua. La comunidad de Guacimal se reconoció a si misma como sujeta de su historia. Está rompiendo con la inercia del “mal desarrollo” que vacía las comunidades rurales, donde el futuro es irse, renunciando a lo que es y entregándose a una mazamorra uniforme pero individualista y desarraigada. 

El pueblo de Guacimal escribió nuevas páginas en su historia que develan su esencia de amor por la vida. Ya no podrá ser un pueblo de paso sino un destino final para los que tenemos sed de justicia y nos gusta beber de otros saberes para un mundo mejor.

Publicado en:https://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/289152/guacimal-bebio-de-su-rio-conciencia-y-valentia

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