viernes, 11 de abril de 2014

Prensa alemana despierta acción de consumidores por impacto socio-ambiental de las piñeras


Por Mauricio Álvarez Mora.

Un nuevo reportaje de las consecuencias sociales y ambientales en la radio alemana ha generado una particular reacción en una ciudadana alemana, quien inició una campaña de información sobre el tema.

Mediante un “manifestación de Consentimiento por compra de piña a precios bajísimos”, Katinka Molde concientiza que: “Con la compra de esta piña de Costa Rica estoy de acuerdo de que a los trabajadores en las plantaciones se están empleando principalmente de manera temporal, para que los operadores de las plantaciones puedan ahorrar el costo de las contribuciones de seguridad social”.

Asegura que: “Soy consciente de que los trabajadores que han cultivado mi piña, reciben salarios muy bajos y que no pueden generar pensiones. Estoy de acuerdo de que se utiliza 52 kg por hectárea de pesticidas al año para la producción barata de la piña, que significa uno de los consumos más altos deplaguicidas en el mundo.”

Le advierte al consumidor alemán que al pagar y ahorrar con los buenos precios de la piña, estoy aceptando que: “No me importa que pocas veces se cumplen las leyes para la aplicación de plaguicidas y por lo tanto muchas aguas adyacentes se encuentran envenenados. Me doy cuenta que esta forma de agricultura a menudo causa la muerte de los peces en ríos vecinos. Soy consciente de que en los municipios debajo de las plantaciones el agua potable a menudo llega con una calidad nociva para la salud y que las autoridades locales de salud a menudo advierten no utilizar el agua del grifo debido a la alta concentración de pesticidas y que enfermedades de la piel, picores, y dolores musculares aparecen todos los días”.

También aseguro que: “Sé que el gobierno de Costa Rica no está interesado ni en mejorar las condiciones de trabajo ni en hacer estudios toxibiológicos de las aguas alrededores de las plantaciones. Asumo que los principales socios comerciales de las empresas de plantaciones (Dole , Del Monte , Chiquita) saben sobre estos abusos y que lo dan por bueno”.

Finaliza diciendo: “Sí, entiendo que todas estas condiciones de trabajo y de vida anteriormente mencionadas están asociados con mi comportamiento de consumo. Entonces, ¡pasa a la caja y ha ahorra!”

El comunicado de Molde, es una excelente síntesis del precio que pagan muchos y muchas costarricenses por el modelo agroindustrial que se fomenta en algunas regiones de Costa Rica. Una expresión tan ilustrativa, de parte de una extranjera, debería servir de ejemplo y motivar acciones similares en nuestro propio país, que reflejen solidaridad con las comunidades que sufren las consecuencias negativas de la incontrolable expansión del monocultivo de la piña. ¡Tampoco vayamos a la caja a ahorrar!

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