miércoles, 15 de enero de 2014

Con-sumo-cuidado


Por Mauricio Álvarez Mora.

Ya pasó el momento cumbre del consumo anual de nuestra sociedad. El día que pagan el aguinaldo, parece desatarse una alergia consumista que genera 24 toneladas de desechos con el Festival de la Luz, montañas de residuos en las fiestas en Zapote y además, el propio 25 de diciembre, frente a nuestras casas.

Son pocos quienes saben que la mayor demanda energética y la mayor producción de desechos está asociada al pago del aguinaldo y las “felices fiestas” de diciembre.

Este consumo no es “parejo” porque sabemos, gracias al estudio del Estado de la Nación del 2013, que solo un 38,8%  de  los  trabajadores  asalariados  en  Costa  Rica disfruta  de  todos  los derechos laborales establecidos  por  ley. Incluso,  un  6,5%  no  tiene  acceso  a  ninguno de esos derechos.

Los grupos  de  menores ingresos, y  aquellos  que  reciben  salarios  por  debajo  del mínimo,  son los más susceptibles  al  irrespeto de  sus  derechos.  Esto implica que muchas familias no tengan los recursos suficientes como para comer y disfrutar las festividades navideñas, mucho menos para salir a pasar el fin de año fuera de su casa.

Al mismo tiempo, según datos del INEC (Encuesta de Hogares del 2010 al 2013), ha aumentado el subempleo en general y, especialmente, en mujeres: pasó del 15.3% en 2010 al 17.7% en 2013 y el mismo comportamiento tuvo el desempleo. Como si fuera poco, para ese mismo periodo, se dio un proceso de deterioro del poder adquisitivo de los ingresos que, según datos del 2010-2013, llegó a un promedio nacional de 4,5% hacia abajo.

Este año, los datos del Estado de la Nación nos desnudan una brecha social cada vez mayor. Además, dejan en evidencia que estamos consumiendo y dilapidando anualmente mucho más recursos naturales de los que nuestro país dispone, lo cual es la muestra más grave de los desequilibrios ambientales. Estamos “comiéndonos” los recursos de las futuras generaciones.

Esa es nuestra “huella ecológica” (relación entre el consumo y la cantidad de recursos disponibles por persona), la cual devela una oscura realidad, que se torna más dramática si tomamos en cuenta que no todos y todas consumimos la misma cantidad de recursos.

Esto implica que son apenas unos pocos quienes se “comen” los recursos de todos los seres vivos, actuales y futuros, veamos las cifras.

Los últimos 20 años de políticas neoliberales, hicieron que Costa Rica pasara de ser uno de los más igualitarios, a ser uno de los países con mayor desigualdad en Latinoamérica.

Nuevamente, según el Informe Estado de la Nación, la brecha entre ricos y pobres crece por encima del caso de Venezuela, El Salvador, México y Argentina.

En términos de ingreso significa, por ejemplo, que mientras una familia en pobreza extrema recibe ¢150.000 -o menos-, por mes, otra familia, de clase alta, recibe un promedio de 4 a 7 millones de colones mensuales.

Al mismo tiempo, unas 285.000 familias reciben menos de ¢100.943 por persona al mes en la zona urbana y ¢77.401 en la rural según la Encuesta Nacional de Hogares de este año.

Entonces, las estadísticas se vuelven más odiosas en Navidad y las fiestas dejan palpable la injusticia, donde unos (sobre)consumen hasta reventar y, por otro lado, tenemos 20 mil niños menores de 5 años con problemas de desnutrición (Informe de la Unicef, 2013).

A pesar de los intentos por manipular las cifras, la realidad es innegable. ¡Perdimos el rumbo de la justicia con la tempestad neoliberal!

La pobreza y desigualdad en nuestro país van a significar mayor incremento de los conflictos sociales y ambientales como también lo muestra el reciente Estado de la Nación, con 425 protestas y acciones colectivas sólo en el actual Gobierno.

Por tercer año consecutivo, se mantienen los máximos históricos en el número de acciones colectivas sobre asuntos ambientales: 88 en total (34 en 2010 y 54 en 2011).

Frente a esta situación, es importante llamar a reflexionar y cuestionar el consumismo en nuestra desigual sociedad. Cabe recapacitar sobre ¿cuáles son nuestros valores comunes? y ¿por qué no consumir más amor y vivir la naturaleza con nuestros seres queridos?

Además de reflexionar sobre cómo, el próximo año con la herramienta electoral, contribuiremos a retomar una sociedad socialmente justa y ambientalmente sana.

Publicado en: https://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/222879/con-sumo-cuidado-


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