lunes, 4 de diciembre de 2017

Hay alternativas para no ser mayor consumidor plaguicidas del mundo


Por Mauricio Alvarez Mora.

El 3 de diciembre se celebra el Día Mundial del No Uso de Plaguicidas. Se trata de un día el que se le llama la atención a la población mundial sobre la grave crisis ambiental originada por el uso de los agro venenos a nivel global.

El origen de la conmemoración fue establecido por las 400 organizaciones que formaban parte de la Red de Atención en Plaguicidas, PAN Internacional (Pesticide Action Network) de un total de 60 países. En este día se recuerda a las más de 16.000 personas fallecidas como consecuencia de la catástrofe de Bophal en el año 1984 debido al escape de 27 toneladas del gas tóxico metil isocianato. Dicho gas era utilizado para la fabricación de un plaguicida.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirma que al año mueren 100.000 personas por el uso de pesticidas y unas 200.000 personas al año son intoxicadas de forma aguda por la utilización de los plaguicidas en la agricultura y ganadería, siendo muy vulnerable las niñas y niños.

Costa Rica ocupa un lugar nada privilegiado en el mundo. Desde 2010 diversas fuentes vienen alertando que somos el mayor consumidor plaguicidas químicos en la agricultura, el primer reporte lo dio el World Resources Institute (2010), organización vinculada con el Banco Mundial, lanzó un informe sobre el primerísimo lugar de Costa Rica en el consumo de pesticidas (FAO, 2011).

Ese mismo año las estadísticas de la FAO  aseguraron que Costa Rica consumió: 24,56 Kilogramos de ingrediente activo (el compuesto químico que ejerce la acción plaguicida) por hectárea al año (i.a/ha/año), le sigue Colombia con 14, 50 y China con 17,81.  Mientras, en fertilizantes según los datos del Banco Mundial estamos en los primeros lugares del mundo de mayor de consumo de fertilizantes superando 5 veces el promedio mundial, Costa Rica tiene un promedio de consumo de 705 kg mientras el rango mundial ronda los 141 kg por hectárea de tierra cultivable, lo cual nos coloca por encima de cientos de países y regiones.

Estos datos  fue corroborado el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET) de la Universidad Nacional (UNA) el país se usa en promedio 18,2 kilogramos de plaguicidas por hectárea de cultivo agrícola (Semanario Universidad, 6-3-2015)

¿Por qué se usa tanto veneno? Los datos son contundentes el 60% de la producción nacional de nuestro país es para la exportación de banano, piña, café, aceite de palma, plantas, follajes, flores, yuca y melón ( FAO, 2012). Todos producidos como monocultivos y con un contaminante paquete tecnológico  que contribuye a que seamos el primer lugar mundial en importador de plaguicidas o venenos (FAO, 2010).

Sí venenos, es la mejor palabra que puede describir a los plaguicidas y otras sustancias de origen sintético utilizados en la agroindustria. Ampliamente asociados a múltiples problemas a la salud, como: cáncer, deformaciones en fetos, problemas de aprendizaje, alergias, intoxicaciones agudas y por tanto la muerte. Responsables también de contaminación de cuencas, hoy hasta son responsables de muerte en el mar.

Eso demuestra que estamos forzando a la agricultura de nuestro país a llegar a un umbral de producción – contaminación, a ganar más dinero con un creciente daño ambiental que se vive a corto, mediano y largo plazo.

Los estudios sistemáticos del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET) y estadísticas globales demuestran que el uso y abuso de venenos agrícolas ha aumentado significativamente en Costa Rica, sin haber aumentado las áreas agrícolas en el país.

¿Qué hizo este gobierno? El MAG trató de maquillar las estadísticas ampliando el área agrícola sumándole los potreros y con ello bajar el número de agroquímicos por hectárea. Por otro lado flexibilizó aún más el registro sobre agroquímicos  (FECON, 23-1-2017 y FECON, 17-1-2017). Se trata de un “combo” de tres decretos; uno permite que no se realice una evaluación previa en nuestro país sobre sus posibles implicaciones ambientales y en la salud (decreto N° 40059), otro facilita la exportación de venenos (decreto Nº 39461) y el último legaliza los agroquímicos viejos sin que tengan evaluaciones de riesgo ambiental o de salud (decreto N°39995).

Hasta la Defensoría llamó a cuentas al MAG para una negociación con MINAE y Ministerio de Salud para lograr incluir las observaciones de fondo de estos ministerios que por presión de las Cámaras agrícolas fueron excluidas de los decretos ya firmados y publicados. El reglamento fue adversado por la Cámara de Apicultores, distintas unidades académicas universitarias, pequeños agricultores, permacultores y Feria Verde  (FECON, 1-6-2016 y FECON, 6-6-2016).

¿Que estamos haciendo? “Desintoxiquemos Costa Rica” es el lema con el que personas ecologistas, agricultoras, indígenas, grupos de mujeres y comunitarios buscan contrarrestar el deshonroso primer lugar mundial en consumo de plaguicidas. Esta campaña busca acabar con la vieja y peligrosa práctica para la salud de controlar con agrotóxicos las malezas en rondas de calles, aceras, centros educativos, cementerio y parques. Logrando que los municipios, instituciones y centros educativos realicen esta labor de manera manual y con maquinaria favoreciendo también la salud de los trabajadores y evitando las intoxicaciones que siempre conllevan el uso de venenos.

La campaña “Desintoxiquemos Costa Rica” busca prohibir la lista de Plaguicidas Altamente Peligrosos (PAP) como el herbicida Paraquat, uno de los más dañinos en uso en Costa Rica. Este peligroso agrotóxico está prohibido en más de 40 países en el mundo y los ecologistas han solicitado una prohibición de su uso en Costa Rica (FECON,2-8-2017).

Desde abril a este momento son 17 municipalidades y 2 universidades pública que aplican acuerdos contra los agrotóxicos. Se trata de prohibiciones totales en las municipalidades Escazú, La Unión, Mora, Alajuela, Esparza, Sarapiquí, Desamparados, Aserrí, Belén y Pérez Zeledón. Mientras otras que tomaron acuerdos para prohibir el uso del herbicida glifosato son: Corredores, Quepos, Tibás, Santo Domingo, Montes de Oca, Talamanca y las instituciones de la UNED y UCR.

Con protesta pero con propuesta. No hace falta alimento ni producción. Hace falta justicia y equidad en el campo. Hay muchas formas de controlar plagas sin necesidad de usar venenos químicos. Son cada vez más las familias que están mejorando sus ingresos, su salud y el ambiente con la agricultura orgánica que en pocos años crece rápidamente para convertirse en una opción más justa y popular. Hace falta sembrar vida y no muerte.

Publicado en: 

https://www.elmundo.cr/opinion/alternativas-no-mayor-consumidor-plaguicidas-del-mundo/

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