Costa Rica, Chacarita, carretera interamericana: Una manifestación pacífica que pretendía ser una acción informativa en la Carretera Interamericana para llamar la atención de las autoridades, la prensa, y el público presente sobre la grave situación de los bosques de la Península de Osa fue interrumpida por la Policía de una forma violenta. Los manifestantes sumaban más de cien personas entre organizaciones comunales, grupos solidarios de San José y la Zona Norte, campesinos dueños de bosque, y COVIRENAS (funcionarios ad honorem del MINAE que son Comité de Vigilancia de los Recursos Naturales).
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Aludiendo que actuaban bajo
órdenes supremas, interrumpieron la acción los cinco minutos de iniciado,
rasgando las mantas que decían “Estamos dispuestos a todo por Nuestros
Bosques”, y “Frente Nacional por los Bosques”. Ante la reticencia de los
manifestantes a ser despojados de sus mantas, los delegados policiales,
procedieron de forma desorganizada y violenta contra los pacíficos
manifestantes. Alegando que actuaban en defensa propia porque los manifestantes
los golpeaban, cosa que no ocurrió ni antes ni después de la agresión policial,
siguieron propinando patadas y empujones diestra y siniestra. Seguidamente las
autoridades procedieron a subir en dos autos a cuatro manifestantes, los cuales
fueron trasladados en dos autos, uno hacia el sur y el otro hacia el norte. Los
policías se negaron a dar información de hacia dónde llevaban a los detenidos,
y su detención se dio en circunstancias ilegales que técnicamente operan como
un secuestro que violentó los derechos humanos de los compañeros. Durante una
hora, los policías insistieron en que solo se habían llevado a dos detenidos.
Ante esta manifestación de violencia y la incertidumbre de lo que podría ocurrir a los ecologistas detenidos, se decidió bloquear la carretera hasta lograr la liberación de los mismos, quienes fuerondevueltos al grupo aproximadamente dos horas después de su detención, momento que dio fin al exitoso bloqueo de la Interamericana.
Las organizaciones ambientalistas que
participan de esta Campaña por la Defensa de los Bosques de la Península de Osa
ven con preocupación la creciente ola de intolerancia y violencia con la que
actúa tanto la policía como el sector maderero.
Un dato importante es que la policía se hizo presente horas antes de
iniciar la actividad, lo que significa que habían sido notificados sobre la
misma, y tenían órdenes supremas de impedir que se realizara. Esto hace pensar
a los organizadores de la acción que existió presión de parte del sector
maderero para que la actividad no fuera posible.
Se esta relacionando a las
personas y organizaciones que participamos en dicha actividad con actos
violentos (el incendio de la Delegación Policial) acaecidos recientemente, en
el sector de Rancho Quemado en Rincón de Osa.
El Frente Nacional por los
Bosques y las comunidades organizadas negamos absolutamente cualquier relación
con acciones violentas en contra de instalaciones de la Fuerza Pública. Nos
están involucrando perversamente con hechos ajenos a nuestro movimiento pacifista.
Antecedentes:
Esta manifestación se inscribe
dentro de la Campaña para Salvar los Bosques de Osa, que se viene realizando
desde junio de 1998. En el proceso participan grupos comunales, organizaciones
de la zona, y organizaciones solidarias de San José que participan en el Frente
Nacional por los Bosques.
Hay cifras alarmantes sobre la
deforestación en esta zona, una de las más empobrecidas del país, como que para
1999 hay 10.000 árboles marcados para morir.
Sin embargo, los beneficios de
esta industria los están recibiendo básicamente sectores que no habitan el
lugar. Solamente un 2% del precio final de la madera lo reciben los campesinos
dueños de bosque.
El objetivo de la actividad
del 19 de febrero era la firma de una petitoria que contenía diez puntos claves
para salvar los bosques de la Península. Entre estas demandas se encuentran:
- la revisión de todos los planes de manejo que
hay aprobados a fin de determinar el verdadero impacto ambiental que conllevan
- el establecimiento de un órgano neutral de
control forestal (las autoridades del MINAE no actúan con suficiente
objetividad),
- la asignación del presupuesto completo,
recaudado a través del impuesto a los hidrocarburos, para el Programa de
Servicios Ambientales (que permitiría pagar incentivos por conservación de
bosque a los pequeños dueños de bosque).
- la eliminación de los incentivos para “manejo
forestal”, que permiten la tala del 40% del bosque y además reciben grandes
sumas de dinero por incentivos.
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